“Partió mi abuelita Gisela Reyes a sus 98. No hay adulto que no la conozca en Vicente Noble, el pueblo de toda mi familia.

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“Partió mi abuelita Gisela Reyes a sus 98.  No hay adulto que no la conozca en Vicente Noble, el pueblo de toda mi familia.


Por décadas, mi abuela endulzó con sus caramelos los fines de semana y feriados en el parque principal de ese municipio barahonero.


Esa labor tesonera le mereció el cariño de niños y adultos. A sólo una cuadra, muchos pasaban por el hogar de doña Gisela a saludarle, buscando algún consejo y hasta para guardar el “limpia botas” en el patio.


Su enfoque era aún mayor cuando, a puerta cerrada, organizaba cada detalle de la contabilidad del pequeño negocio que fue vital para levantar a sus cinco hijos.


Ellos la sepultan hoy 3 de octubre en el cementerio de un municipio que les abraza confortando su luto.


Su rostro vivirá en el recuerdo de tantos niños, ya crecidos, que disfrutaron tantas tardes y noches especiales en el parque.


A mí hace tiempo que me dejó de herencia el amor por el trabajo digno… siempre digno… la frente en alto, la firmeza de propósito y el sagrado compromiso de la maternidad responsable.


Abuela, hasta siempre”. ed

El autor es Periodista Edwin Díaz González.

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